Mucho se está hablando estos días de empoderamiento femenino, el techo de cristal, corresponsabildad… ¿Pero qué pasa con la educación? ¿Estamos educando a nuestros hijos desde pequeños en la igualdad?
Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools, explica que “para educar en igualdad primero tenemos que aprender a conocer y detectar en nosotros mismos, los padres y madres, los micromachismos que pueden estar condicionando nuestra manera de comportarnos”.
Esos micromachismos de los que habla Ana Herrero son pequeños actos que, a diario, hacemos de manera inconsciente pero que están teniendo una repercusión en el futuro de nuestros hijos. “Los más pequeños aprenden por sí solos que existen diferencias físicas entre los niños y las niñas, pero también aprenden comportamientos, actitudes y expectativas ligadas a los roles de género y que pueden mantener las creencias respecto al papel que la cultura tradicional, patriarcal, asigna a las mujeres y a los hombres, manteniendo la distribución injusta de derechos y oportunidades para las mujeres”, añade la psicóloga.
En base a esto, la experta desgrana los cinco principales micromachismos que deberíamos evitar en la educación de los más pequeños:
- ¿El rosa es de niñas y el azul de niños? Nosotros sabemos que los colores no tienen género, pero ¿y los niños? La psicóloga explica que “los adultos podemos contribuir a no marcar con colores el género de niños y niñas en la ropa, la decoración de sus habitaciones o en sus complementos”.
- “Involucrar a los niños en las tareas del hogar nos permite fomentar la autonomía y el sentido de la responsabilidad entre los más pequeños, pero debemos involucrar por igual a los hijos y a las hijas”, advierte la psicóloga. Y recuerda, eso sí, que lo más importante es predicar con el ejemplo y que los padres se repartan las tareas del hogar a partes iguales.
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